Más allá de las experiencias inolvidables que ofrecen los resorts de lujo en algunos de los destinos más exclusivos de México, existen una serie de poblaciones ubicadas a través del territorio mexicano que han sido designadas como Pueblos Mágicos y que, en gran medida, permanecen inexploradas por los turistas que visitan México. En 2001, la Secretaría de Turismo de México reconoció que más allá de sus playas, México ofrece un elemento mágico que hace que los turistas vuelvan una y otra vez. Teniendo esto presente, se creó el programa de Pueblos Mágicos, una incitativa que busca promover a varias ciudades mexicanas que destacan debido a su historia, riqueza cultural, tradiciones únicas y belleza natural. Estos pueblos le dan la bienvenida a viajeros de todo el mundo, ofreciéndoles una experiencia realmente mágica.
Metepec, cuyo nombre proviene del Náhuatl y significa “cerro de los magueyes”, es una ciudad ubicada en el estado de México, al Este de Toluca, la capital del estado. El 14 de septiembre de 2012, esta ciudad fue designada el título de Pueblo Mágico. Tras la desaparición de la cultura teotihuacana en el siglo VIII, Metepec se convirtió en un importante centro económico y de intercambio cultural. En 1477 los aztecas se apoderaron de Metepec, y tras la llegada de los españoles, los monjes franciscanos decidieron convertirlo en un centro de adoctrinamiento. En el siglo XVI, los monjes franciscanos fundaron el Convento de San Juan Bautista, el cual, hasta la fecha, es el edificio religioso más importante del pueblo.
La rica herencia histórica de Metepec se ve relejada a través del carácter religioso de su arquitectura. El centro histórico del pueblo cuenta con notables ejemplos de arquitectura vernácula, como el uso de materiales como el adobe, el sillar, el tabique, así como la abundancia de balcones, portales y elementos ornamentales de barro, madera y hierro.
Metepec es un pueblo alfarero por excelencia que produce una gran variedad de artesanías elaboradas a partir de barro y cerámica. Pero quizá la artesanía más representativa de este pueblo es el famoso “árbol de la vida,” una tradicional y con frecuencia colorida escultura de barro que representa el árbol de la historia de la creación, según la Biblia.
Un paseo por Metepec debe incluir una visita al Ex-Convento de San Juan Bautista, la Iglesia del Calvario, una caminata a través del Cerro de los Magueyes hasta llegar a la ermita del Tepeyac, la cual se encuentra sobre los vestigios de un antiguo templo mexica, y por supuesto, un recorrido a través de los talleres artesanales. Los barrios de Santiaguito, Santa Cruz, San Mateo, y Espíritu Santo son excelentes sitios para observar el proceso de elaboración de artesanías, ya que los talleres se encuentran abiertos al público. Otro sitio que no puede dejar de visitar es la Casa del Artesano y sus corredores, donde se exhiben piezas que han sido elaboradas por artesanos de Metepec que han sido galardonadas a nivel nacional.
Consejo exclusivo: Una vez que haya llenado sus bolsas de artesanías y su cartera ya esté casi vacía, le recomendamos que se relaje y que disfrute de una deliciosa copa de garañona. La garañona es una bebida alcohólica originaria de Metepec elaborada a partir de 15 distintas hierbas, con un sabor dulce y fuerte. Los lugareños dicen que es un afrodisiaco, y el único sitio en donde la puede encontrar es en el famoso Bar 2 de abril en el centro de la ciudad.
Para obtener más información sobre cómo llegar o dónde hospedarse, visite: http://www.visitmexico.com/es/pueblosmagicos/region-centro/metepec
Fotos: http://www.visitmexico.com/es/pueblosmagicos/informan-practica-ecion-metepec y https://en.wikipedia.org/wiki/Tree_of_Life_(craft)