La magia que existe en cada rincón de Tulum es un recuerdo que permanece en la memoria de todos los visitantes que tienen el placer de estar en este lugar por algunos días. Es por eso que muchos de los viajeros deciden regresar para quedarse a vivir en las hermosas playas del sur del país. Tulum es un pueblo pequeño que ofrece desde una estancia bastante modesta hasta hospedarse en los hoteles ecológicos más exclusivos de la zona. La magia reside en la naturalidad de las cosas que habitan el lugar y de como poco a poco ha ido creciendo la zona. Tulum es una Avenida que tiene del lado derecho Hoteles y Restaurantes con vista al mar y del lado izquierdo más hoteles y boutiques que dan una sensación de familiaridad aunque sea la primera vez que visitas Tulum. Tiene zona arqueológica y una colección de cenotes que dejaran boquiabierto a cualquiera. Una vibra de lo más relajada pero con una actividad constante. Tulum es escenario de artistas, conciertos y festivales de música, yoga y jazz durante todo el año.
Uno de estos espacios es la maravilla de la Posada Margherita. Hotel y restaurante de un Italiano que se enamoró de Tulum y decidió comenzar su vida de nuevo aquí. Al entrar el espacio se siente el amor y la intención con la que fue elaborado. La arquitectura con materiales naturales y la vegetación desbordante crea un pasillo natural por el cual se llega a los cuartos del hotel y a las boutiques con prendas y objetos que van desde lo más cool y chic hasta lo más orgánico para casa y jardín.
El restaurante es una delicia. El dueño se sienta a explicar cada platillo del menú que no es más largo que una sola hoja, como debe de ser. Cada platillo es elaborado al momento. Se hacen las pastas en el instante en el que son ordenadas, con ingredientes frescos y recetas que han ido de generación en generación en la familia italiana. El pescado es otra especialidad que deleita a todos los paladares. Es necesario hacer reservación o correr con mucha suerte para tener una mesa con vista al mar. En las noches se llena de parejas y de familias tanto de visitantes como de residentes. Es un restaurante que se impacta a todos los sentidos. La música, las olas de fondo, las luces tenues, el servicio, la familiaridad, la naturalidad y los increíbles sabores de todos los platillos se convierten en una experiencia inolvidable. Si tienen la suerte de estar un Tulum es imperdible ir a cenar a la Posada Margherita!