La historia de amor entre los aristas Frida Kahlo y el muralista Diego Rivera se ha convertido en una de las más populares a nivel mundial. Todos conocen el bigote y la vestimenta de ella y los murales y amoríos de él. Sin embargo, la realidad es que vivieron siempre inspirados por la inmensidad cultural, la tierra, la vegetación, la cultura, la gastronomía, los rituales y la arquitectura mexicana. Es por eso que construyeron juntos no sólo una historia de amor que se convertiría en un cuento popular sino que vivieron y formaron espacios que hoy siguen siendo visitados por personas de todo el mundo. Si estás de visita en la magnífica Ciudad de México no dudes en hacer el recorrido que enseña la arquitectura de Juan O’Gorman con la emoción y vida de la pareja.
Durante los años 30, Diego Rivera y Frida Kahlo crearon dos espacios que hoy adoramos: El Museo Anahuacalli y La Casa Azul. El primero, el Museo Anahuacalli contiene mas de cincuenta mil piezas prehispánicas que el maestro muralista coleccionó a lo largo de su vida. Este Museo se encontraba en construcción cuando él murió, quedando a cargo de su hija Ruth Rivera y el Arq. Juan O’Gorman la supervisión para que el proyecto concluyera con los detalles establecidos por Diego Rivera exactamente como los había pedido. El Museo terminó su construcción en 1963 y abrió sus puertas al público en 1964. Desde entonces podemos gozar de un espacio único dentro de la Ciudad. La arquitectura crea un puente entre el público contemporáneo y la cultura prehispánica así como los objetos, la temperatura, el sonido y las sensaciones que se sienten al visitar este Museo. Si eres un gran admirador de la pareja, de la cultura mexicana y de la riqueza de este país no dudes en experimentar esta joya en la Ciudad de México.