Retomando la herramienta del andar como principal instrumento para conocer las ciudades, nos encontramos con una ciudad distinta en cada recorrido. La hora del día, el día de la semana, la compañía y la zona crean escenarios distintos. Inclusive si se camina la misma Ciudad en la que se ha vivido o una misma área, la experiencia resulta cautivante cada vez. En este caso nos referimos a la interminable y siempre sorprendente Ciudad de México.
Desde hace unos años ha tomado fuerza los centros de usos mixtos como el Mercado Roma, Mercado del Carmen,Milán 44 y Barrio Alameda. En estos espacios existen distintas opciones gastronómicas, rooftops con restaurantes y/o bares, galerías de Arte, centros de Yoga, florerías, dulcerías, tiendas orgánicas y un espacio de convivencia social. Lo cual no sólo es generoso en hacer sociedad y comunidad sino también en tener activa una gran parte de la zona. En este caso hablamos de Barrio Alameda y el espacio que ocupa la parte superior con vista al magnífico Centro Histórico de la Ciudad de México.
Recuperando un antiguo edificio, se arma el programa de uso de espacio para ofrecer desde las mejores hamburguesas y mezcal, clases de Yoga, Galerías de Arte hasta una noche reparadora con un desayuno supremo. La Chaya no sólo es una opción grandiosa por la ubicación perfecta sino por la atmósfera del espacio. Es para sentirse como viajero dentro de tu propia Ciudad o para disfrutar serlo si es que se llega desde otro estado o país, compartiendo ciertos espacios con otros huéspedes, manteniendo el sentimiento de estar de vacaciones pero como en casa, este Bed and Breakfast se convierte en un refugio. Con pisos de madera, espacios abiertos, hamacas colgando, plantas en cada rincón como cómplices del placer y disfrute, el olor a Café por la mañana y una vista espectacular acompañado de fondo durante toda tu estancia.
La Chaya es el espacio perfecto para salir de la rutina, tomarse un fin de semana fuera de casa, pasar la noche en una de las hermosas suites de la Chaya, desayunar y caminar por la Alameda Central, visitar Bellas Artes, el Museo de Memoria y Tolerancia, pasear por las Calles del Centro y dejarse envolver por el folklore y caos de una Ciudad que palpita vida, cultura e identidad en cada rincón.